Dolor

... Y dijo el Dolor:
…. “Ahora sufrirás mi yugo. Dedearé sobre tus sienes en todo momento; enterraré clavos en tu vientre y espinas rezumantes en tus ojos. Resonaré en tus pasos y sabrás que siempre estaré allí, a tu alrededor, dentro, en todos lados. Me esconderé en los pliegues de tus s sábanas y te punzaré en las horas más obscuras de la noche; allí cuando nadie pueda oír cómo tu silencio se puebla de gritos mudos. Escupiré hiel y corroeré tus sueños y tus recuerdos gratos, y será mi vera efigie la que te demuestre que todo ha sido en vano. Atormentaré la pesadez de tus tardes vacías, estaré cuando el teléfono no suene y no haya explicaciones, seré todas las preguntas nunca realizadas, seré la inexistencia de respuestas. Afectaré tu soledad y tus compañías siempre incorrectas; estaré en otros brazos y en otros labios inconexos, en el sexo ajeno y desconocido. Agigantaré tus miedos y tus dudas, y pariré nuevos fantasmas melancólicos y viscosos. Castigaré todo aquello que hiciste brindándote la verdad de que estoy aquí porque lo mereces;; porque me buscaste. Atribularé tus actos y seré el péndulo filoso que acrecienta con sus garras los laberintos de tu alma. Traspasaré la unión de los minutos y no dejaré que se agrupen en horas, y serán tus momentos eternos e inútiles. Falsearé tus risas y trocaré tu comprensión en odios, tus odios en venganzas, tus venganzas en llanto. Seré tu tortura y amenazaré con quedarme, pues me pinto eterno.
…. Aquí estoy. Brinda conmigo. Apura mi copa, que aún ni siquiera hemos comenzado”