Espinas y Mariposas

Este es un blog de poesías, cuentos, fantasías... Quimeras y utopías...

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Nombre: ♥ஐMaría Cieloஐ♥
Ubicación: Ciudad de Mendoza, Mendoza, Argentina

Para desvestirme, elijo la rúbrica... Como ropa, el papel; y para pelear contra el mundo, una pluma...

sábado, 13 de junio de 2009

La catarsis de las marionetas

······· Siempre he sentido un terror cuasijustificado por los payasos. Desde muy pequeña. Es algo que nunca pude controlar. El solo ver uno hace surgir en mí un oscuro horror que me domina. Esos rostros pintados, los ropajes coloridos, vetustos y remendados muchas veces me persiguieron en sueños.
······· Sin embargo, la inesperada llegada de uno de ellos a mi vida quiso poner a prueba mi cordura y mis razones.
······· Lo vi en el instante mismo en que entré en mi habitación. Estaba sobre la cama; con una de sus manos buscaba escapar de la bolsa que lo envolvía. “Tu sobrino no lo quiere más”, fue la mejor explicación que pudo darme mi madre.
······· Lo primero que pensé fue en exiliarlo al más distante cajón de mi vida y de la casa; lejos de mí y de mi cotidianeidad... Hasta que observé su rostro. No supe explicarme por qué las facciones talladas a soledad y fuego de esa vapuleada marioneta hicieron bailar en mi cabeza olvidados dióscuros perdidos e impertérritas y perversas reminiscencias fetichistas.
······· Tuve miedo, aunque pareciera un buen muñeco... O mejor dicho, tuve miedo de que pareciera un buen muñeco. Dicen que lo mejor que se puede hacer con los miedos, es enfrentarlos; pero lo cierto es que el brillo de sus ojos mostraba tanta verdad desbordándose a raudales, que le creí. Y lo escuché.

······· Me habló de su poca resistencia al fracaso, de sus pequeñas decepciones mundanales pero lapidarias, de la impronta de esa soledad crónica que él mismo convertía en burbuja, de su necesidad de abrazos y promesas – esas que andan tan escasas, y nunca son idóneas -, de su abandono de sí mismo y de su corazón a los vientos, de ese cofre tan lleno de amor, tan mágico y tan voluble que desconocía si lo había olvidado en alguna función o si aún lo llevaba consigo.
······· Al despuntar el alba y encontrarlo contenido entre mis brazos, mi pavor se acrecentó... Porque llegué a la conclusión de que no podía distinguir exactamente quién de los dos era el había estado hablando la víspera anterior.

5 Comments:

Blogger martin romaña said...

Lo dicho... Muchas gracias por escribir, está muy lindo, vendré muy seguido por acá, espero ser bienvenido... Tengo el mismo miedo del que tu hablas por los payasos, y no me preguntes cómo, a la vez, siento una atracción hacia ellos, me gusta verlos, encontrarlos, buscarlos...

Tu visita me dio la posibilidad de conocer tus letras, me gustó hacerlo y como dije antes, volveré...

Saludos desde acá... Suerte desde siempre...

sábado, junio 13, 2009 4:24:00 p. m.  
Blogger Ale Aquino said...

La foto/dibujo que usaste justifica TOTALMENTE cualquier miedo que uno pueda tenerle a estos payasos. Mirale la cara...esa sonrisa es diabólica, y esa palidez contrasta con la sonrisa roja digna de un demonio. Por lo menos no está triste/llorando...
Pregunta: es un cuento, una anécdota? La foto es real?

domingo, junio 14, 2009 12:34:00 p. m.  
Blogger ♥ஐMaría Cieloஐ♥ said...

Si, mi querido Némesis. La marioneta es real, la "anécdota" tiene ribetes reales también... Las fotos tienen poca definición porque las saqué con el celular, en mi habitación. Y como algo se me da el PhotoShop, las edité ahí. Sobra decir que entre el "It" de Stephen King y la película "Chucky", las reminiscencias de pánico infantil son más que fuertes... Así que el payaso hoy duerme su sueño eterno muy, muy lejos de mí.

domingo, junio 14, 2009 10:39:00 p. m.  
Blogger Ale Aquino said...

María: cada vez que me paso por tu blog, no puedo evitar mirar el payaso durante varios segundos.
Es horroroso.

miércoles, julio 01, 2009 3:37:00 p. m.  
Blogger azul posible said...

UF! muy buen texto, con tremendo final. Y sí, no sé qué de los payasos procura este terror que suele ser más común de lo que uno piensa.
A veces me pregunto qué diantres tenía en la cabeza el que le dio vida a esa mascarada; si lo hizo para ser amado o temido. Pero otras veces, no sé por qué, me estremece una profunda compasión por ellos. Lo cierto parece ser que en materia de payasos no hay términos medios...

Saludos!

jueves, agosto 20, 2009 12:10:00 a. m.  

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