Espinas y Mariposas

Este es un blog de poesías, cuentos, fantasías... Quimeras y utopías...

Mi foto
Nombre: ♥ஐMaría Cieloஐ♥
Ubicación: Ciudad de Mendoza, Mendoza, Argentina

Para desvestirme, elijo la rúbrica... Como ropa, el papel; y para pelear contra el mundo, una pluma...

sábado, 31 de octubre de 2009

Nota fallida para un regalo

········ Pensé que no era adecuado un regalo, al menos, sin una buena nota… Y con ese fin nació este escrito.
········ Si como tal hubiese quedado, en esta podría desearte muchos éxitos en lo que se te viene, recomendarte que nunca subestimes el valor de los símbolos, o que sigas vos mismo las enseñanzas que tanto predicás…
········ Pero así como somos personas totalmente diferentes, hoy yo con este pedazo de texto podría hacer un montón de cosas; menos querer potenciar tus enrosques. Al contrario: voy a utilizarlo impunemente para mostrarte los míos.
········ Aún me da mucha gracia tu duda acerca de acercarte o no acercarte a mí, bajo la posibilidad de que yo terminara siendo un problema. Pero, haciendo cuentas, podrías tener razón… Mi urgencia por conseguirte aquella entrevista podría medirse de otra manera, si no tuviera la oportunidad de esgrimir en mi defensa que me gusta pagar los favores que la vida me hace, con otros favores. Muchas veces son irretribuibles a la fuente original, y uno siente que es mejor dar a otros cosas que los beneficien cuando uno ha sido retribuido en otro ámbito y de otra manera: la cadena se continúa, y el mundo se vuelve un poco mejor, aunque todo sean nimiedades. Por demás, aquellos primeros comentarios, los mensajes equivocados… Bueno, he sido una tonta. Es mi naturaleza impulsiva y despistada, de ello me hago cargo.
········ Pero lo cierto es que puedo ser muchas cosas, menos una mujer que quiera o sienta la necesidad de perseguir a nadie… Y, lamentablemente, es lo que siento que estoy haciendo ahora. Y es una pena.
········ Considero de sobra el decirte que me gustás, salta a la vista. Pero aún podría ir más allá, y decirte, por ejemplo, que hacía mucho que no conocía alguien como vos, que resaltara más por filosofía y extrañeza mundanal que por cualquiera de sus otras virtudes. Hacía mucho que no lograba sentirme bien, sentirme cómoda junto a otro cuerpo tibio y tendido. Hacía mucho que no intentaba derribar barreras conceptuales para ver al otro, para comprender a otro que realmente sintiera que importara.
········ Pero también es cierto que compartimos más virtualmente que de manera real; aunque creo que todo recae en las propias barreras que yo creo que vos mismo erigís. No me gusta invadir, prefiero ser invadida; las invasiones han sido siempre métodos de culturización recíproca… Es en vano: la de Internet y yo somos la misma persona, y odio tener que dividirme por cuestiones no pactadas pero notables, al menos cuando estamos físicamente juntos.
········ Fue un alivio que mencionaras, al fin, que no querías enrosques, con todo lo que ello implica. Yo tampoco los quiero. Pero no puedo pelear contra aquello a lo que todo mi ser tiende naturalmente; como por ejemplo, tener un día ganas de verte… Y tener que tragarme una a una las palabras, como dagas, por temer que pienses que te estoy buscando demasiado. El querer ser simple no implica que pueda hacerlo a tu manera. Después de todo, ¿quién o qué ha especificado qué es la simpleza? Hay tantas simplezas como individualidades. La mía se cohibía ante la tuya… Hasta que descubrí que, simplemente, son tan diferentes como incompatibles, y no hay naturaleza que pueda doblegarse por razones que uno mismo, con el tiempo, va considerando inútiles.
········ Para mí, la simplicidad es saber dónde estoy situada, o qué camino estoy recorriendo. Y ante tantos retrocesos y avances, te inventé demasiado. Te recreé en una forma y espacio inexistentes, aunque hubiese leves bases reales. Adoré esas bases; mi problema fue usarlas para despegar sin que yo misma quisiera cortar mis alas; ni tampoco vos hicieras nada para evitarlo… Y así también caí y recaí mil veces en cosas que me hicieron sentir increíblemente bien, aunque al mismo tiempo las juzgara incorrectas. Esta nota es y será la última de ellas; porque al comienzo pensé que llegaría tarde, pero ahora me he dado cuenta de que nunca tuvo siquiera razón de ser… Pero alguna vez te conté que escribir es mi catarsis; cuando algo me quema por dentro necesito nacer un texto al mundo que valide y exorcice mis demonios internos; de lo contrario, lo que se queda dentro me carcome. En otro aspecto también estoy rompiendo mi principal y única regla: mis catarsis deben generalizar y universalizar siempre lo concreto, cosa que aquí no estoy haciendo tanto como debiera. Pero esto comenzó a ser escrito como una nota que acompañaría un regalo, y se traspuso cada vez más en una carta, hasta llegar a ser lo que es ahora, conservando una característica: el destinatario. Por eso te pedí que lo leyeras, aunque no valga más que para hacer aquello que todos me dijeron que no hiciera y que yo terminé por considerar inicuo: hacerte leer esta extensísima cadena de palabras que escribí, para quedar no más que como la metáfora de una serpiente imberbe que se arrastra, se brinda, se enrosca y se muerde la cola. Pero esta es mi catarsis y la estás leyendo, y eso lo vale todo.
········ Igual, en algún modo iluso me gustaría que esto no fuera, también, lo que es: una triste justificación para mí misma, para no pensar más en todo esto, para aferrarme a lo real, para dejar que su peso me aplaste y desencante. Pensaba que estos cuarenta y tres mil doscientos minutos de distancia justificarían que no hicieras lo que nunca hiciste, ni siquiera cuando las horas fueron más cercanas y propicias. Pero cuando comencé a pensar, vi que el viaje no quemaría las débiles hebras tendidas, porque, ¡qué ilusa fui!, no hay hebras, ni nada que justificar. Todo lo inventé yo, y lo que se imagina no ancla nada.
········ Y sí, ahora duele un poco reconocerlo, pero me hago cargo. Me hubiera encantado que alguna hebra, una brizna, fuesen reales mucho antes que creerme que simplemente querías fluir… Sin ver que era un fluir lejos de mí.
········ Decime la verdad. ¿Tanto es mi enrosque, más allá de todo este laberinto de palabras? Me quedo con haberla pasado muy bien con vos y todo eso; y con todos los machos y sietes de espada que tuve que guardarme en el bolsillo después de cantarte truco con un seis… Al menos siempre de manera física, nunca en Internet. Me quedo con lo poco que te conocí pero con las muchas fichas que logré, en cierto modo, robarte; y que aún tengo guardadas. Me quedo con haberte dicho, lo más de frente que me dio el tiempo y la fortuna, que me gustaste y que aún lo hacés, aunque el sentimiento no sea recíproco. Me quedo con el haber intentado verbalizar lo efímero del sexo para hacerlo, aunque póstumo, trascendente para mí ante tus ojos.
········ Quedate vos con estas palabras abiertas… Y mandame un mensaje, alguna vez, si te nace. Yo haré lo que mi catarsis me haya enseñado, o lo que me haya dejado como saldo, al menos.
········ TE DESEO, DE CORAZÓN, TODOS LOS ÉXITOS. ESPERO QUE TE VAYA FENOMENAL. Eso es lo único que debiera haber dicho, si hubiese sido una nota dentro de un sobre, introducida en una caja de cartón con una ventanita de plástico...


Contador de visitas