Insomnios

...A veces, en las noches me dedico a pensarte. Me gusta, recostada en la cama, encender un cigarrillo y despojarme de fatigas y rutinas para crearte o recrearte, imaginando situaciones, lugares, visiones, diálogos.
Sabe delicioso el aroma picante y levemente amaderado del tabaco, inundando el ambiente mientras te dedico unas letras, palabras vanas que quizá no te lleguen, que quizá nunca te rocen; pero aquí sigo yo erotizando papeles mientras mi lapicera se desliza eyaculando tinta.
...Inspirada te veo, te toco entre duermevelas y vigilias, cuando recuerdo ese cuerpo que nunca he visto, que nunca he acariciado, que me llena las ideas y los ojos, esos ojos que cierro para volver a verte, porque está vacía esta habitación y hace frío, pero las sábanas se entibian en la evocación de roces pasados, y ahora duele ahí, en ese centro imposible de señalar en el cuerpo, ese lugar que no podemos encontrar ni explicar, pero el dolor fluye a raudales y se desborda por las retinas y los párpados.
...Y al rato escucho tu risa y me río para adornar el momento, para engañarme, porque aquí no hay nadie, solo somos los segundos del reloj y yo agregándote lunares y quitándote vicios al maniquí de tu esencia, armando una persona ideal que sea como vos, tal vez un poco diferente; o justo como vos pero acá conmigo, no yo tan sola y tu inconstancia en el ambiente.
...Afuera late la ciudad y algunas veces tu imagen se me cruza con otras, con otros choca, se quiebra; y a ver si un día se me ocurre sentirme mujer y dejar de soñar, vestirme un poco, usar lápiz labial, salir a la calle, abrir las alas y echar a volar.