Espinas y Mariposas

Este es un blog de poesías, cuentos, fantasías... Quimeras y utopías...

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Nombre: ♥ஐMaría Cieloஐ♥
Ubicación: Ciudad de Mendoza, Mendoza, Argentina

Para desvestirme, elijo la rúbrica... Como ropa, el papel; y para pelear contra el mundo, una pluma...

domingo, 5 de febrero de 2006

De recuerdos y palomas

Luisa estaba sentada en el parque aquella fría mañana de invierno, mientras las hojas caían sin gracia y se arremolinaban a su alrededor. La muchacha tenía un aspecto frágil que se había acentuado en los últimos meses. Miraba con indiferencia el universo que la rodeaba: en su rostro lívido se desdibujaba la angustia y una palidez lechosa marcaba sus facciones. En su mente las imágenes transcurrían, saltaban y se entremezclaban con una rapidez abrumadora.
Todo había empezado seis años atrás.
- Seis años - pensó.
Unos niños corrían elevando una cometa. Luisa Goosens, estudiante de cuarto año de la secundaria, se paseaba de la mano con un guapo bachiller. Ella, con su tez aceitunada y ojos como las avellanas, parecía despedir sólo encanto y amabilidad al andar. Esto había cautivado a Brend. Un poco mayor que ella, - solo tres años - mostraba ya un futuro prometedor. Mantenía la postura erguida con orgullo, porque quería pavonearse frente a sus amigos con la linda muchachita que tenía a su lado. Sus cabellos rubios y la nariz aguileña le añadían importancia a su figura.
Ese día estaban contentos. Los padres de Luisa acababan de permitirles pasear juntos. Los jóvenes disfrutaban con la mutua compañía, se tenían mucho afecto. No existían secretos entre ellos. Ese día marcó sus vidas. El día que él empezó a llamarla "querida"
- Oh, querida... No sabes cómo sufro cuando no estamos juntos...
Las voces en su cabeza gritaban, giraban, se retorcían junto con las imágenes: los niños jugando, la cometa, las risas, los colores; pero no podía recordarlo a él, su voz, su voz...
-
Querida... Querida...
Sólo la palabra "querida" y luego el sufrimiento, el dolor, la ausencia.
Se habían casado para demostrarle al mundo que se querían. Y había comenzado la catástrofe.
Empezaron a llegar unos días después de la boda. Eran unos vehículos gigantes, enormes, con fuego humeante que salía de la punta de unos cañones. Tenían ruedas, unas bastante grandes, de esas de las que si no te andabas con cuidado podían pillarte un pie. Luisa los cotejaba con su casi infantil inocencia, eran... Oh, cómo se llamaban...
- Tanques, Brend les decía tanques de guerra, guerra, guerraaaaaaaaaa...
Esa palabra le abría un surco en el medio del alma, por donde escapaban las lágrimas que empapaban su rostro. Era una palabra fea, que no quería recordar, pero la muy maldita se enroscaba y se expandía amenazando con devorar todos sus demás pensamientos.
Empezaban los enfrentamientos. Comentaban que un dictador loco estaba creando diferencias en alguna parte... Pero nadie hablaba del tema, sus amigos los evadían, pasaban a su lado sin siquiera saludarlos... A veces oía frases al viento.
-
Habrase visto... Una judía y un alemán juntos...
- Mala combinación, ¿eh?
- Mmmm, esto al Führer no le gustará nada...

No supo por qué éstas se le asemejaron víboras venenosas reptando en los recovecos de su mente.
Ya no podían salir juntos. Una vez, cuando alguien les había lanzado una piedra, Brend recibió el impacto por protegerla. Luisa consideró que eso era el acabose y decidieron renunciar a sus paseos. Ella podría quedarse en casa. El pueblo se estaba quedando vacío, y los nuevos habitantes - que llegaban todos los días en camiones con armamentos -, no sabrían que ella se estaba ocultando. Brend se encargaría.
Al comienzo fue fácil. Vivían tranquilos. Brend había abastecido la casa para que Luisa no tuviera que dejarla en mucho tiempo. Pero ella sintió un cambio. Su marido le ocultaba algo, lo veía en sus ojos. Ya los besos no eran los mismos. Parecía que un témpano de hielo se interponía entre ellos.
Cuando él salía, Luisa se desnudaba y se miraba al espejo, buscando alguna deformación, alguna mancha, algo que la hiciera diferente o desagradable para su marido. Se examinaba los dientes, los ojos, las manos. Sí, quizás fueran las manos. Como ya no poseía elementos de belleza ni podía adquirirlos, no podía cuidar sus manos. Pero no era grande la diferencia. Quizás la piel... Pero eso en ningún momento eso le había importado a su marido. ¿Por qué ahora?
Un día llegó la sentencia.
- Quieren que me una a ellos...
Y esas palabras zumbaban, no sabía si dentro de su oído o de su pensamiento. Recordó las lágrimas amargas y calientes que habían corrido por sus mejillas aquella vez, y también las explicaciones, que se le antojaron vanas, yertas, inútiles.
- Si no lo hago sospecharán...
- ¿Qué haría un alemán sólo, aquí, en esta casa..?
- Vamos, querida, no llores...
Y estaba también el abrazo, el último que ella recordaba.
Pasaron unos días. Luisa se quedó en la lóbrega casa, esperando que Brend regresara. Claro que no lo hizo. Ahora se hospedaría con los "otros", los "diferentes a ella" e "iguales a él". Lo vio pasar frente a la ventana un par de veces. No giró la vista. Seguro que era para no levantar sospechas. Oh, pero sus ojos estaban tan fríos....
Se cansó. Se cansó de la desesperanza, de la ignorancia, de sí misma, de su prisión, de su amor que no volvía, del frío y de la soledad. Se rebeló contra el mundo y encendió la estufa a leña en su hogar. Reía mientras una columna de humo se dejaba ver sobre la casa supuestamente deshabitada.
Salió a dar un paseo al parque. Y allí estaba, sentada sola en un mundo que la contenía pero que la negaba, cubriéndose lentamente de hojas. Estaba segura de que la habían visto. Ya no le importaba.
-
Luisa...
La voz se le antojó terriblemente atormentada.
- Luisa, no me mires, por favor, sé que así sufrirás menos... Y yo también... Luisa... Te dije que no dejaras la casa...¿Sabes cuánto te amo?.. No, no lo sabes... Ni tampoco entiendes cómo me duele hacer esto... Luisa... Déjame estar un rato aquí a tu lado... Mirarte... Te amo mucho, lo sabes... ¿Verdad?... ¿Verdad que sabes que no quiero hacer esto? Pero tengo que hacerlo...
¿De dónde salía ese recuerdo? Quiso volver a guardarlo en su memoria, olvidarlo, sepultarlo... Pero en un momento se dio cuenta con un terror irónico que no era un recuerdo, oh no, estaba sucediendo... Alguien se sentó a su lado.
-
Me enviaron a mí, querida...
Cómo le dolían esas palabras, eran pequeñas dagas afiladas clavándosele lentamente en el alma.
- El comandante no sabe nada, me dijo que me tocaba a mí, que acabara con la última, ¿qué querías que hiciera? No quiero, no quiero, pero no pude negarme, algo me dice que es mejor así, luego podremos estar para siempre juntos, te lo prometo... Estamos predestinados... Oh, Luisa...
Luisa sintió cómo el último atisbo de duda se esfumaba para siempre. En un rapto - de inspiración, de locura, de deseo, de recuerdo, de vida - se volvió para besar a su esposo. En el momento en el que sus labios tocaron los de Brend, se oyó un disparo en el parque.
El comandante, que los observaba desde lejos, al ver el movimiento de Luisa temió por la vida de su soldado. Pero no se equivocó al elegirlo para aquella tarea; era el más rápido, calculador, frío y certero disparando, parecía que las luchas en el campo de batalla lo habían privado de toda humanidad. Se acercó corriendo.
Brend abrazaba el cuerpo inerte. Su cara no reflejaba sentimiento alguno, pero sus ojos poseían un rictus de dolor. Pronunció en voz queda y pausada.
- ¿Qué he hecho...? ¿Qué he hecho..?
Cuando el oficial intentó felicitarlo por haber cumplido con su tarea, el reflejo del sol en el arma del soldado, al moverse ésta, lo incandiló. Brend se llevó la pistola a la sien. Se oyó un disparo... Y en la quebrada quietud de la tarde, dos pájaros volaron juntos al cielo.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola, he llegado hasta aquí por tu comentario en la victácora, gracias por colarborar, aunque poner que necesito prozac (y no sé por qué lo pones en inglés) viniendo de poner en el buscador "sexo borracho" ...

lunes, febrero 06, 2006 5:28:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

perdón, pero el comentario anterior no iba dirigido a tí

lunes, febrero 06, 2006 5:35:00 a. m.  
Blogger Predilecto said...

??? eh??

martes, febrero 14, 2006 8:56:00 a. m.  
Blogger ♥ஐMaría Cieloஐ♥ said...

Sí, yo digo lo mismo... ¿¿¡¡Eh!!??

martes, febrero 14, 2006 10:35:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Explico, pusiste un comentario en la victácora que decía one word: prozac, prozac para ti

jueves, febrero 23, 2006 11:20:00 a. m.  

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