Argón

.... Si, Ud. hubiera perdido sus ojos. Pero en mi clínica recuperará lo que Ud nunca supo que podía perder en dos cómodas cuotas: dos sesiones de láser argón. Algo dolorosas, sí, eso no se lo puedo negar. Pero todo sea por su beneficio. Ganará una vista segura a mediano y largo plazo, factible de degenerarse con las inclemencias del tiempo (como cualquier otra vista), y hasta me atrevo a asegurarle que su visión mejorará en 0.01 décimas, sobre todo con tiempo bueno y despejado en altura. Eso le costará su dinerillo, sí, también. Pero con el paquete, le incluimos gratis la pérdida temporal de la perspectiva y la de discernir los pozos en la oscuridad; la pérdida definitiva de los contrastes (con la que sus amigos estarán chochísimos, ya que cuando la saluden de espaldas a una ventana, Ud. no podrá reconocerlos); los dolores de cabeza que le causará un enano muy bien entrenado, provisto de un martillo para lugares específicos de su cráneo; los residuos oníricamente subliminales de ver su cara frente a un espejo, donde sus ojos están sangrando, sangrando, llorando sangre y no hay nada que hacer para remediarlo, excepto despertarse con las gónadas en la garganta; las lucecitas brillantes, blancas y rojas, que bailarán frente a sus ojos por un tiempo, cada vez que los cierre y – sobre todo – cuando quiera dormir. También le regalamos una piscina de agua, que verá cada vez que dirija sus ojos hacia abajo, pero no se asuste. Esa agua no moja, porque no existe (sólo serán los ácidos caprichos de su quemado humor vítreo). Ganará además las bromas de todos sus coetáneos, por tener que andar con lentes para sol hasta en la noche; pero no se preocupe, los apodos que le prodiguen serán fruto de sus propios desconocimientos de la raíz del problema y de la necesidad que tiene la gente de burlarse de las desgracias ajenas en vez de mirarse el propio ombligo. No, contra sus ganas de llorar no podemos hacer nada. Yo voy a ensayar mi mejor cara de “Doctor no-hay-problema-esto-no-es-nada” y voy a hacer que todo lo que Ud sienta o quiera preguntarme muera directamente en su boca... ¡Si esto no es nada, no hay ningún problema! (Aunque shhhhhh... Yo no puedo saberlo, ya que nunca me han hecho una panfotocoagulación). Ud. sólo vaya, pague, y luego venga y siéntese acá. Apoye bien la barbilla y la frente, y no haga tanta fuerza. Ah, me olvidé de mencionarlo. También con esto, le regalamos las dudas, los miedos, la incomprensión (la suya será la más grande), la rabia, la inercia, y los duendes bailando en su habitación luego de que se apaguen las luces y Ud. quede despierta.