El rostro tras la máscara
Ella le recuerda que esa es la última pieza que va a tocar la orquesta, que ya es hora de quitarse el antifaz. Él le dice que no, que la noche debe terminar sin que ella sepa quién es él y sin que él sepa quién es ella. Porque nunca más se volverán a ver, ese ha sido el encuentro perfecto de un baile de carnaval y nada más.
- Ya es hora, querido, abandonemos esta noche de quimeras y arlequines para desnudar nuestros rostros y descubrirnos...
- ¡No es tiempo aún ni lo será jamás, no quebremos la magia de este encuentro que no volverá a unirnos!
- No puedo terminar esta danza sin conocer el compás de tus labios, pero sería muy frío besar esa boca de porcelana... ¡Abandona esa máscara que oculta tu rostro y déjame penetrar la incógnita de tu boca!
- No arremetas jamás así contra un hombre, que bien rápido perderías tu audaz arrogancia si en verdad conocieras mi rostro...
- Eres frágil cuál paloma y fácil me será dominarte, vamos, ven y acércate, que corta me será la noche para demostrarte mi amor – dicho esto, ella se quitó la máscara y se descubrió ante él – Querido – le mintió para conseguir sus propósitos – si supieras cómo he esperado este momento, poder mostrarme ante ti, y además, vislumbrarte... Ahora es tu turno... – y comenzó a forcejear con él para quitarle la máscara.
- Te advertí que no debías conocerme, pero si así lo quieres... Estúpida, debía llevarte mañana... – la infantil máscara de porcelana estalló en mil pedazos, que se proyectaron hiriendo a la muchacha en su cuerpo, rostro, ojos; cegándola, desangrándola, extinguiéndola.
- Ya es hora, querido, abandonemos esta noche de quimeras y arlequines para desnudar nuestros rostros y descubrirnos...
- ¡No es tiempo aún ni lo será jamás, no quebremos la magia de este encuentro que no volverá a unirnos!
- No puedo terminar esta danza sin conocer el compás de tus labios, pero sería muy frío besar esa boca de porcelana... ¡Abandona esa máscara que oculta tu rostro y déjame penetrar la incógnita de tu boca!
- No arremetas jamás así contra un hombre, que bien rápido perderías tu audaz arrogancia si en verdad conocieras mi rostro...
- Eres frágil cuál paloma y fácil me será dominarte, vamos, ven y acércate, que corta me será la noche para demostrarte mi amor – dicho esto, ella se quitó la máscara y se descubrió ante él – Querido – le mintió para conseguir sus propósitos – si supieras cómo he esperado este momento, poder mostrarme ante ti, y además, vislumbrarte... Ahora es tu turno... – y comenzó a forcejear con él para quitarle la máscara.
- Te advertí que no debías conocerme, pero si así lo quieres... Estúpida, debía llevarte mañana... – la infantil máscara de porcelana estalló en mil pedazos, que se proyectaron hiriendo a la muchacha en su cuerpo, rostro, ojos; cegándola, desangrándola, extinguiéndola.
Una sonrisa bailó sobre el rostro lívido, cadavérico, que había quedado descubierto. Unas alas se desplegaron en la noche. El ángel voló lejos mientras todos seguían bailando...
2 Comments:
Este cuento corto es de cuando me gustaba inventar radionovelas trágicas... No se rían...
Cielo.-
No le encuentro la gracia, si bien es corto y hay anticipación del final, está bien expresado el juego del baile de seducción de la muerte, al igual que la curiosidad, que te lleva a la propia perdición; seguí así explotando todo tu potencial, un beso Ce.
Publicar un comentario
<< Home