Falta de inspiración
El escribiente tecleaba furioso, con rabia, en la desvencijada habitación tapiada de sueños. Buscaba musas esquivas, negadas, que sobrevolaban, tenues, su pensamiento; sin tocarlo, burlándose. El joven se sentía preso, había perdido las llaves entre las idas y venidas de una pusilánime carrera de Contador, obligado a estudiar por sus padres. Sólo quería escribir, pero los números, signos, sumas y cuentas eran los asesinos de tanta filosofía destilada como bullía en su corazón.
La máquina de escribir lo miraba, era un destello en sus ojos y se extendía hacia sus deseos, sin poder alcanzarlo. El papel era sólo un reflejo de sus lágrimas, fatalmente incomprensible, casto, puro, virgen, inmaculado; cuando lo único que querían sus manos era llenarlo de palabras asesinas, tinta sangre, destrozarlo, masticarlo con ideas... Pero las teclas seguían impunes y sólo prometían vomitar palabras incomprensibles, telarañas de nada, sueños rotos. No había razón de seguir.
La silla chirrió como riéndose cuando el muchacho se levantó, tomó la máquina y la arrojó contra la pared. Ningún otro ruido le respondió, más que el que hicieron las teclas al difuminarse en mil gritos de un perdón injustificable. El chico salió de la habitación sin volver la vista atrás, quizá para perseguir algún otro sueño, menos efímero y más alcanzable.
5 Comments:
¿Existen los sueños razonables?....creo que no, esos solo son posibilidades deseadas, los sueños son mucho más inalcanzables.
Saludos
Yo creo que sí, cuando se analizan los pros y los contras de un sueño, y se logra mantenerlo sin tirarlo a la basura, creo que se convierte en un sueño razonable... O al menos, RAZONADO.
Gracias por tu comentario, mi perfecto extraño...
Ha sido un absoluto placer poder dejarte un comentario.
Mi recien conocida
Por cierto... ¿Cuando podrá ser posible ver alguna creación exclusivamente tuya en tu blog? (El cual me encantó, por cierto...) Se ve que tenés una gran capacidad de creación literaria...
ahh, cuando mi inspiracion se va, el dolor viene, y cuando el dolor viene, me inspiro
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