Miedos
Una gota de sudor frío recorre su médula, lastimándolo como una espada de hielo. Es extraño. En la habitación hace un calor infernal. Está solo: solo y a obscuras. Es tarde y se ha cortado la luz... Maldita la hora en que se le ocurrió bajar al sótano a buscar la tijera. Ahora nada puede hacer, es peligroso caminar sin ver entre tantos objetos que podrían lastimarlo. Quién sabe cuánto deberá esperar sentado allí.
Un crujido llama su atención a su espalda. El espacio se comprime. El miedo lo embarga. No está solo... Qué tontería. No hay nadie más con él. Un suspiro. El viento en las tuberías. Algo se rompe a la distancia. El corazón que tamborilea sobre su pecho, sobre sus sienes. El tic tac lejano de un reloj que no es de él. El terror que lo atenaza.
Lo recuerda. Toma sus llaves. En el llavero hay una pequeña linterna. Se aferra a ella como el náufrago al salvavidas. La toca, la acaricia, se reconforta, se protege, se estabiliza. La enciende. Un haz de luz corta el silencio de la oscuridad.
Ilumina una forma viscosa, homogénea, peluda. Una rata. O quizá sólo sus miedos haciendo un torbellino del espiral de sus pensamientos...
Un crujido llama su atención a su espalda. El espacio se comprime. El miedo lo embarga. No está solo... Qué tontería. No hay nadie más con él. Un suspiro. El viento en las tuberías. Algo se rompe a la distancia. El corazón que tamborilea sobre su pecho, sobre sus sienes. El tic tac lejano de un reloj que no es de él. El terror que lo atenaza.
Lo recuerda. Toma sus llaves. En el llavero hay una pequeña linterna. Se aferra a ella como el náufrago al salvavidas. La toca, la acaricia, se reconforta, se protege, se estabiliza. La enciende. Un haz de luz corta el silencio de la oscuridad.
Ilumina una forma viscosa, homogénea, peluda. Una rata. O quizá sólo sus miedos haciendo un torbellino del espiral de sus pensamientos...
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