Espinas y Mariposas

Este es un blog de poesías, cuentos, fantasías... Quimeras y utopías...

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Nombre: ♥ஐMaría Cieloஐ♥
Ubicación: Ciudad de Mendoza, Mendoza, Argentina

Para desvestirme, elijo la rúbrica... Como ropa, el papel; y para pelear contra el mundo, una pluma...

lunes, 23 de noviembre de 2009

Marcas de saliva

····· Desde hace algunos años, y siempre bajo la estrella de determinados sucesos, se repite en mi inconsciente un sueño bastante extraño.
·······En él, me encuentro parada frente a una fila de cuerpos amorfos, dispuestos contra una pared de roca. Poco se distingue de ellos o de sus facciones, bastante irregulares y diversas entre sí; pero se hallan así expuestos porque mi misión es elegir a aquél que sea más idóneo para llevar a cabo el trabajo.
······· Siempre selecciono el más apto; el que más cumple las expectativas, el más idóneo. Entonces, en el sueño, me acerco hasta esta figura y unto mi dedo índice con saliva, dispuesta a hacer una marca en su frente, a la manera en que se celebraba antiguamente el Miércoles de Ceniza. Pero al extender la mano, la figura da un paso atrás y se funde con la pared de roca, escabulléndose. Siempre me queda una terrible sensación cuando la figura que he elegido escapa sin darme tiempo a tocarla.
······· Cada vez que sueño esto me ocurre lo mismo con todos aquellos cuerpos que selecciono por considerar adecuados. Uno por uno, van desapareciendo en el muro cuando intento alcanzarlos, y yo voy sumiéndome cada vez más en una angustiosa sensación de impotencia, de incertidumbre, de inutilidad.
······· Entonces me resigno; busco sentirme útil aunque más no sea seleccionando cualquiera de aquellos hombres, cualquiera que se deje marcar. En esta segunda ronda elijo siempre al más incorrecto, al más inapropiado posible para aquella tarea que deberá desempeñar; al más difícil, al que menos podrá cumplir con el trabajo.
······· Y con este tengo éxito. Realizo mi marca de salive en su cabeza, éste da un paso al frente y todo el resto de la fila se diluye en el muro. Lo observo un instante, satisfecha y feliz por haber podido lograr lo que quería; pero en un determinado momento todo comienza a oscurecerse: el muro, el piso, el cuerpo frente a mí. Todo, menos yo misma. El hombre comienza a marchitarse poco a poco y se vuelve cenizas, que son esparcidas por el viento junto al resto del muro y de mi entorno, dejándome en un vacío blanco y luminoso.
······· Hasta hace muy poco no comprendía el significado de este extraño onirismo, no sabía por qué seleccionaba determinado cuerpo o qué trabajo debería realizar; sólo me guiaba por aquél impulso subconsciente de hacer las cosas porque una fuerza interna dice que deben ser hechas, ya que uno conoce todas las razones de antemano aunque no estén explicitadas.
······· Pero hoy, tras volver a tener ese sueño, al despertar tuve mi epifanía. Maldición,
lo comprendí todo.
······· En tu frente aún se mostraba, húmeda, mi marca de saliva.


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