Analogías

······ Pero ahí estabas vos, con tu espalda de leguas y tu corazón bicéfalo, gritando que siguiera, que no me detuiviera, en pleno vendaval; trayendo más arena, y sol, y playa, y verano, y sueños, y vida juntos, y yo te miraba con mis hambrientos ojos viperinos, dispuesta a devorarte...