Espinas y Mariposas

Este es un blog de poesías, cuentos, fantasías... Quimeras y utopías...

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Nombre: ♥ஐMaría Cieloஐ♥
Ubicación: Ciudad de Mendoza, Mendoza, Argentina

Para desvestirme, elijo la rúbrica... Como ropa, el papel; y para pelear contra el mundo, una pluma...

jueves, 21 de febrero de 2008

Cubiertos

El otro día, hablando con una amiga, recaímos en un tema tan trivial como lo es la pérdida de los cubiertos en cualquier casa.
- En mi casa hay cada vez menos cuchillos. No nos explicamos qué es lo que pasa; pero hace apenas seis meses compramos un juego completo, y al día de hoy nos quedan cuatro.
¿Cuántas formas posibles hay de perder un cubierto, entre cuatro paredes? Muchas. En mi casa pasa algo levemente distinto. Sí, nos desaparecen tenedores, brochetas, trozadoras, y cosas por el estilo; y tenemos una variedad tan exótica y disímil de cucharitas de café, que creo que si la viera, seríamos la envidia de la reina de Inglaterra, ya que ni siquiera podemos emparejar una.
Pero donde yo vivo, aparecen cubiertos nuevos, que nunca antes habíamos visto ni reconocemos de ningún juego nuestro o de algún familiar. Se materializan desde algún oscuro y mágico lugar de la gaveta, para ir a sumarse, contentos y despreocupados, a los demás. Al principio no alarmábamos e intentábamos discernir quién sería el dueño de aquella cuchara huacha, pero después nos acostumbramos, como se acostumbra siempre uno a todo lo que trae la vida. Ahora los lavamos amorosamente, y los ponemos a secar junto a la bacha, junto a todos lo que eran nuestros desde un principio… Si es que pudiesen tener un verdadero y único dueño los cubiertos.
Entonces, mientras tomábamos mate en mi casa, mi amiga se acercó a la pileta de lavar, y espetó, levantando el objeto de su ira y enseñándomelo… Como si yo tuviese la culpa:
....-¿Y esto? ¿Qué hace acá? ¡Este cuchillo es mío!

domingo, 3 de febrero de 2008

En la brisa marina

....Otra vez te vas. Mientras te acompaño hasta el taxi quisiera que cada baldosa midiera el doble, el triple, que faltaran cinco mil para llegar, que no existieran las terminales de ómnibus, que se murieran todos los relojes asesinos. Garúa el dolor sobre mis hombros y el ambiente se llena de una pesada melancolía, conocedora lo que va a pasar. Siempre es igual, siempre es lo mismo. Vos sos el mar y yo soy como la arena, que siempre espera mientras las olas van y vienen.
....Y allá se va el taxi desalmado, llevándote lejos. Te vas, como se han ido otros; y volverás, como siempre vuelves. Todo se resumirá otra vez a quemar los tiempos muertos y la ausencia, a esperarte mientras algunas partes de mi cuerpo te extrañan más que otras, a desbarrancarme los domingos y a llenar mis días hábiles de actividades vacuas que me llenen de alguna manera.
....El sol cae tristemente, y tu esencia y un beso igual a cualquier otro pero que sabía diferente se disuelve en la brisa marina.


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